La agorafobia, También conocido como el trastorno de pánico o trastorno de ansiedad. Consiste en un ataque de ansiedad intenso, al encontrarse o sentirse en lugares donde se es difícil evacuar o escapar. Como también sentirse en medio de lugares donde no puede llegar ayuda alguna.
En la agorafobia, se puede incluir el miedo donde se involucra a multitudes, puentes o estar solo en espacios exteriores.
Asimismo, son ataques repentinos de pánico o de temor extremo, que alcanzan su punto de máximo en un corto tiempo. Ocasionando en el cuerpo, síntomas intensos e incontrolables. En ocasiones puedes ocasionar un paro cardiaco e incluso la muerte.
Por tanto, las personas que padecen de Agorafobia, no acostumbran a estar solas, pues temen tener un nuevo ataque de pánico. Evitando episodios similares a los que le desencadenaron este trastorno.
Actualmente se desconoce cuál es la causa que ocasiona la agorafobia en una persona. En algunos casos, se desencadena después que un individuo pasó por un ataque de pánico y comienza a tener miedo de situaciones que acarreen otro ataque igual o peor.
Sin embargo, se presume que algunas de las causas que ocasionan la Agorafobia son:
Enfermedades degenerativas y genéticas.
Estrés diario.
Condiciones ambientales.
Temperamento y bipolaridad.
¿Cuáles son los síntomas de la Agorafobia?
Se puede detectar a una persona que padece de agorafobia cuando no se siente seguro al estar solo en espacios abiertos. Pero puede empeorar cuando se encuentra en espacios muy concurridos. Entre los síntomas que son relacionados a la agorafobia se encuentra:
Miedo a quedarse solo.
Temor a espacios donde no pueda huir con facilidad. (Ascensores, Cuartos cerrados, Tiendas pequeñas, entre otros).
Sentir que puede perder el control en lugares públicos.
Siempre depende de los demás.
Posee sentimientos de que todos quieren distanciarse o separarse de él.
Perdida de la esperanza.
Puede pensar que el cuerpo que habita es irreal.
Sensación que el todo lo que lo rodea es fantasía y nada real.
Tener un temperamento bipolar o de agitaciones muy inusuales.
No desear salir de su confort, durando tiempos prolongados sin salir de casa
Asimismo, una persona con Agorafobia tiende a presentar síntomas físicos los cuales son caracterizados por:
Sensación de molestia o dolor torácico.
Malestar estomacal, nauseas, mareos.
Puede llegar a desmayarse si la agorafobia es muy fuerte.
Sensación de falta de aire, asfixia.
Sudoración y escalofríos excesivos.
Tratamientos para controlar este trastorno
El principal tratamiento para la agorafobia, consiste en los que les permita desempeñarse y sentirse mejor. Dependiendo del grado de agorafobia, se combinara los medicamentos antidepresivos junto con las terapias psicológicas. Con el fin de poder controlar el trastorno.
La principal funcion de la implementación de estas terapias y medicamentos, es lograr que los síntomas no aparezcan o sean menos comunes e intensos.
El individuo que padece del trastorno de agorafobia, deberá mantener un control terapéutico y tomar los medicamentos asignados por el médico tratante.
Los medicamentos mayormente recetados son los depresivos, para convulsiones, sedantes, hipnóticos, entre otros. Todos ellos deber ser tomar bajo la estricta vigilancia del médico tratante.
Asistencias a grupos de apoyo
Aunque no es una solución total al trastorno de pánico, la asistencia a grupos de apoyo puedes aliviar considerablemente el estrés. Pues al compartir tus experiencias de pánico y como lograste superarlo, ayuda a los demás integrantes del grupo al comentar tus experiencias.
Debes entender que los grupos de apoyo no sustituirán a las psicoterapias y medicamentos. Pero permitirá que puedas desahogarte con otras personas que padecen la misma situación. Como también no vas a sentirte solo, permitiendo que poco a poco superes el trastorno.
Complicaciones
La agorafobia puede limitar muchas actividades en su vida. Cuando la trastorno se vuelve severo, puede ser difícil salir de casa. Sin tratamiento, algunas personas se quedan en casa durante años. Es posible que no pueda visitar a familiares y amigos, ir a la escuela o al trabajo, hacer mandados o participar en otras actividades diarias normales. Puede volverse dependiente de la ayuda de otros.
La agorafobia también puede provocar o estar asociada a:
Depresión.
Abuso de drogas, alcohol, o medicamentos.
Otros trastornos de salud mental, como otros trastornos de ansiedad o trastornos de la personalidad.
Ser incapaces de desempeñarse en el trabajo o en situaciones sociales.
Sentirse aisladas, solas, deprimidas o con pensamientos de suicidio.
La agorafobia puede comenzar en la niñez, pero generalmente aparece al final de la adolescencia o al comienzo de la edad adulta. Por lo general, ocurre en personas menores de 35 años, pero las personas mayores también pueden desarrollarla. Las mujeres son diagnosticadas con agorafobia un poco más a menudo que los hombres.
Los factores de riesgo de agorafobia pueden ser los siguientes:
Tener trastorno de pánico u otras fobias.
Responder a los ataques de pánico con miedo excesivo o evasión.
Atravesar sucesos estresantes en la vida, tales como el maltrato, la muerte de un padre o un ataque.
Tener un temperamento ansioso o nervioso.
Tener un familiar consanguíneo con agorafobia.
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